Cómo elegir la almohada perfecta
A menudo se insiste en que el mejor modo de alcanzar un sueño reparador es mediante un buen colchón. Sin embargo, un buen colchón no sirve de mucho si no se acompaña esto con la almohada perfecta.
La almohada tiene un papel importante en la calidad del sueño porque, de media, cambiamos de posición entre 30 y 40 veces durante la noche. Esto obliga a tener un soporte adecuado para el cuello.
Para elegir la almohada perfecta, aquí van unos consejos interesantes.
Relleno natural o sintético
Los rellenos naturales o sintéticos tienen sus peculiaridades y la elección de uno u otro va a depender de las necesidades y preferencias de cada usuario. En el caso de los rellenos naturales, suelen durar de cinco a diez años y pueden estar elaborados a partir de plumas de oca, plumón o cereales (alforfón o espelta). Los rellenos de pluma aportan firmeza, en el caso del plumón se gana en aislamiento térmico tanto para el verano como el invierno. Los rellenos de cereales son muy buenos soportes para el cuello.
Si apostamos por rellenos sintéticos, es habitual encontrar almohadas de espuma viscolástica, de látex o de poliéster. El material viscolástico se adapta perfectamente al cuello y la cabeza, de modo que relaja los músculos de esa zona. El látex es también un buen soporte para el cuello que presenta buena transpiración, aunque es caro. Finalmente el poliéster tiene también sus propiedades, aunque no es recomendable para los alérgicos al estar elaborada a base de microfibras.
Almohada blanda o dura
Esta es otra cuestión importante a la hora de elegir la almohada perfecta. Las almohadas finas y planas son ideales para personas que duermen boca abajo, porque no fuerzan el cuello. Los modelos más acolchados, como los de plumas, plumón o relleno viscolástico son ideales para personas que descansan boca arriba, debido a su relleno flexible.
Las personas que duermen con almohadas duras, con mucha firmeza, son las que habitualmente duermen de lado, pues con ello la almohada resiste bien la presión del peso de la cabeza y soportan toda la zona del cuello.
Es importante tener también en cuenta la morfología de cada persona. Las personas más robustas necesitan mayor firmeza en la zona del cuello mientras que las personas más pequeñas pueden apostar por opciones más blancas o acolchadas.
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