La importancia de la luz en la habitación
La luz es uno de los condicionantes que afecta al sueño, especialmente a los más pequeños. Es habitual que los niños duerman con una luz en la habitación, de modo que existen luminarias de muchos tipos: luces que son enchufes, bolas que giran y proyectan figuras, cojines con luces, peluches…
Esta idea de crear un ambiente cálido a través de luz en la habitación que favorezca la sensación de tranquilidad en los pequeños puede resultar contraproducente, especialmente si lo que se consigue con ello es una dependencia excesiva de la luz para garantizar el descanso.
¿Son positivas las luces en la habitación?
Siempre que se administren con cautela, con mesura, que los pequeños duerman con una luz en la habitación puede resultar positivo, así se mantienen más tranquilos. No obstante, es importante ir poco a poco reduciendo su uso, para que no vayan adquiriendo dependencia de este elemento.
Una práctica recomendable es utilizar una luz indirecta que provenga de una habitación alejada, o incluso desde la misma habitación, pero que no incida de manera total sobre los pequeños, para que así no interrumpa o incida en el descanso del pequeño.
Así, los niños van a la cama sin temor a sentir la oscuridad total en la habitación. Esta luz les ayuda a mantenerse relajados, de modo que la iluminación actúa con ese propósito. La idea es que esta luz vaya desapareciendo, o se vaya alejando, utilizándose cada vez de manera más prolonga en el tiempo, para que el pequeño aprenda que la luz es simplemente para relajarse, y no para hacer desaparecer el miedo.
De este modo, los niños que se despierten a lo largo de la noche no necesitarán el estímulo visual para volver a quedarse dormidos y esto no se convertirá en un problema cada vez mayor.
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