Estas son las consecuencias de dormir pocas horas
Las recomendaciones generales sobre el sueño hablan de que la cantidad mínima que debe dormir una persona adulta ha de oscilar entre las siete y las ocho horas diarias. Por desgracia, mucha gente vive en un ritmo de vida totalmente frenético que imposibilita dormir tantas horas.
Dormir pocas horas es una práctica muy arriesgada, nada recomendable y con la que podemos, de manera literal, terminar con nuestra vida. Un estudio elaborado por el neurocientífico Matthew Walker demuestra que los países en los que la gente duerme más horas viven más y mejor que en los países en los que no se duermen las horas recomendadas.
La falta de sueño y los problemas asociados
Matthew Walker, en su libro “Por qué dormimos”, afirma que la sociedad industrial ha arrinconado el sueño, lo ha menospreciado y lo ha convertido en una práctica, la de dormir pocas horas, que puede llegar hasta la muerte.
La misma naturaleza ha establecido una cantidad de horas imprescindibles que deberíamos dedicar al sueño, unas horas que benefician al cerebro, pero también a toda la salud del organismo.
Según Walker, pasar una noche sin dormir tiene peores consecuencias que pasar un día sin alimentarnos, de forma sana, o sin hacer ejercicio, algo que los expertos recomiendan hacer entre tres y cinco veces por semana.
La pérdida de suelo nos hace sentir más débiles y acaba por perjudicar al código genético y las estructuras que lo forman. Las pocas horas de sueño perjudican la salud psicológica y los circuitos cerebrales.
¿Cuáles son las consecuencias de la falta de sueño?
Según apunta Carles Gaig, neurólogo y coordinador de estudios del sueño y la vigilia de la SEN, la Sociedad Española de Neurología, la falta de sueño puede tener consecuencias irreversibles en nuestro organismo y la salud.
El sueño ayuda a eliminar las sustancias tóxicas del organismo y nos ayuda a retener en la memoria conceptos que consideramos realmente importantes. La otra cara de la moneda sucede cuando no dormimos las horas que tocan, entre siete y nueve según los expertos.
Un mal descanso nocturno puede aumentar el resigo de padecer enfermedades como hipertensión arterial, diabetes, infartos, ictus. Son síntomas, señala Gaig, a los que hay que añadir la posibilidad de sufrir enfermedades psiquiátricas, depresión, ansiedad o incluso dolencias neurodegenerativas.
Esta situación se agrava en aquellas personas que trabajan en turnos de noche, que pueden desarrollar probabilidades más alta de sufrir tumores de mama, próstata y útero, entre otros.
La Boutique del Descanso
Estas son las consecuencias de dormir pocas horas